domingo, 22 de noviembre de 2015

SEMBLANZA

En un campo de àridas praderas,
se agita un àrbol, lìvido y desnudo;
ya no tiene el follaje de otras eras,
y aùn resiste el uracàn ceñudo.

Y sus frágiles ramas se parecen
a fantasmas que vagan en las nieblas:
que a las sombras se ocultan y aparecen
a la luz de la luna en las tinieblas.

Yo tambièn, como el àrbol de la historia,
soy fantasma que huye del pasado;
de los golpes, lo cruento y de la escoria.

Ahora voy,cabizbajo y desgarbado,
a enterrar de mi vida la memoria
que el destino, a su paso, me ha dejado.



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