martes, 8 de diciembre de 2015

DESDEN


  




Sentì el retorno de tus lentos pasos
a travès de mi estancia preferida,
pero ya te llegaron los ocasos,
y no quiero saber sobre tu vida.

!A què has venido, para què regresas!
¿Nuevamente a sembrarme una ilusiònsiòn?
Ya no quiero escuchar falsas promesas:
tu infamia lacerò mi corazón...

Nunca olvido mis noches de quebranto,
cuando, entonces, querìa que regresaras
a calmar la borrasca de mi llanto,
mas nunca imaginè que me olvidaras.

Hoy te acuerdas de quién, sin condiciones,
te dio su amor, sin reprocharte nada;
pero el fin de tus malas intenciones
te ha llegado al final de la jornada.

¿Dònde están las promesas que me hiciste?
¿Dònde el fuego febril de aquellos besos;
¿la frìbola pasión que tu me diste
y el falso drama de tus embelesos?

Efímera amapola del camino:
ya no embriaga tu aroma la rivera;
fuiste solo en mi vida un torbellino,
y la sombra sutil de una quimera...

Mariposa nocturna de los montes:
has perdido el embrujo de tus alas
y el fulgor de los claros horizontes,
que un dìa sedujiste con tus galas.

Golondrina viajera del ocaso,
cansada de volar sobre los mares:
ya ves que tu aventura fuè un fracaso
y esta mudo el laùd de tus cantares.

Te digo adiòs, por siempre y por doquiera,
ya no quiero volver a ver tus ojos;
solo fuiste, de mi vida pasajera,
flor ilusa de todos mis antojos.

Hoy voy solo a mi ùltimo refugio,
y el ùnico cortejo son mis penas,
a enterrar de tu amor el subterfugio
y  romper de mi vida tus cadenas.















domingo, 22 de noviembre de 2015

SEMBLANZA

En un campo de àridas praderas,
se agita un àrbol, lìvido y desnudo;
ya no tiene el follaje de otras eras,
y aùn resiste el uracàn ceñudo.

Y sus frágiles ramas se parecen
a fantasmas que vagan en las nieblas:
que a las sombras se ocultan y aparecen
a la luz de la luna en las tinieblas.

Yo tambièn, como el àrbol de la historia,
soy fantasma que huye del pasado;
de los golpes, lo cruento y de la escoria.

Ahora voy,cabizbajo y desgarbado,
a enterrar de mi vida la memoria
que el destino, a su paso, me ha dejado.



jueves, 24 de septiembre de 2015

QUIMERA

Una noche, de pàlidas estrellas,
un lucero me mira vacilante,
y parece decirme en sus centellas:
soy el alma de aquella vida errante,

Que en tu vida dejó sus mudas huellas.
Te he seguido a través del firmamento,
y sè bien que vislumbras sobre ellas:
me lo dice el corazón con hondo acento.


Yo tambièn, como tù, sufro el flagelo
de esta ausencia mordaz, que me devora;
de mis noches de amargo desconsuelo; 
de mis dìas sin luz y sin aurora.

Yo quisiera, lo mismo que un lucero,
seguirte en los espacios siderales;
alejado del mundo traicionero
y el sòrdido vivir de los mortales,

Tu recuerdo es la aurora que ilumina
el oscuro sendero de mi vida;
y como alma perdida en la neblina,
voy cargando la cruz de tu partida.

Esta noche contemplo el infinito
y pido a Dios que, un venturoso dìa,
me lleve por el mismo caminito,
allà donte tu estàs, amada mìa,

Pero sabrè esperar, con estoicismo,
el momento  final de mi partida;
que la muerte me saque del abismo
fatal y doloroso de la vida.


OBSESIÒN

¡Què bello es recordar aquel momento!
cuando,exhorto a la luz de tu ventana,
quedè mudo, sin voz y sin aliento,
al verte tan hermosa y tan lejana.

Mas hoy sigo esperàndote entre abrojos,
sin poderte decir que, aquella tarde,
te besè con el alma y con mis ojos,
y te entreguè mi corazòn cobarde.

¿Por què, àngel mìo, yo que te quiero tanto.
te burlas de mi amor y mi quebranto,
y me hundes el puñal de tus reproches?

Pero guardo con ansias y desvelo,
encontrarte al final, allà en el cielo,
bajo el gèlido polo de mis noches.