martes, 8 de diciembre de 2015

DESDEN


  




Sentì el retorno de tus lentos pasos
a travès de mi estancia preferida,
pero ya te llegaron los ocasos,
y no quiero saber sobre tu vida.

!A què has venido, para què regresas!
¿Nuevamente a sembrarme una ilusiònsiòn?
Ya no quiero escuchar falsas promesas:
tu infamia lacerò mi corazón...

Nunca olvido mis noches de quebranto,
cuando, entonces, querìa que regresaras
a calmar la borrasca de mi llanto,
mas nunca imaginè que me olvidaras.

Hoy te acuerdas de quién, sin condiciones,
te dio su amor, sin reprocharte nada;
pero el fin de tus malas intenciones
te ha llegado al final de la jornada.

¿Dònde están las promesas que me hiciste?
¿Dònde el fuego febril de aquellos besos;
¿la frìbola pasión que tu me diste
y el falso drama de tus embelesos?

Efímera amapola del camino:
ya no embriaga tu aroma la rivera;
fuiste solo en mi vida un torbellino,
y la sombra sutil de una quimera...

Mariposa nocturna de los montes:
has perdido el embrujo de tus alas
y el fulgor de los claros horizontes,
que un dìa sedujiste con tus galas.

Golondrina viajera del ocaso,
cansada de volar sobre los mares:
ya ves que tu aventura fuè un fracaso
y esta mudo el laùd de tus cantares.

Te digo adiòs, por siempre y por doquiera,
ya no quiero volver a ver tus ojos;
solo fuiste, de mi vida pasajera,
flor ilusa de todos mis antojos.

Hoy voy solo a mi ùltimo refugio,
y el ùnico cortejo son mis penas,
a enterrar de tu amor el subterfugio
y  romper de mi vida tus cadenas.